Con motivo de su presencia en el campus de la Universidad Europea del Atlántico para impartir una charla sobre contenidos generales, hemos hablado con Juan Arteaga, director de la sección digital de la oficina de la empresa Llorente & Cuenca en México.
Arteaga es un periodista santanderino que, al finalizar la carrera viajó a México en busca de empleo. Por ello, su testimonio es muy interesante para certificar esa máxima actual que dice: hoy en día, el mercado laboral es el mundo entero. “La verdad es que yo no me había planteado trabajar fuera de los medios de comunicación tradicionales y mucho menos hacerlo fuera de Cantabria. Pero pensé en la gran cantidad de periodistas y comunicólogos que hay en Madrid, así que decidí probar en México donde ya llevo diez años y estoy encantado.
Desde la distancia, Arteaga califica positivamente el estado actual de la comunicación corporativa en España. “Se encuentra en un estado muy bueno, mucho mejor que hace unos años, aunque todavía con grandes retos por delante. La revolución digital nos ha traído un mundo cada vez más complejo y que cambia continuamente. Quizá las empresas aún deben entender la importancia de la comunicación dentro de sus estrategias, pero sobre todo no solo en el momento en que se necesita a causa de una situación de crisis. Lo importante es anticiparse a estas situaciones”.
La tradicional relación de amor-odio entre las compañías y los periodistas tiende a suavizarse, según opina Arteaga. “Ambos nos necesitamos. De hecho las empresas necesitan periodistas capaces de generar buenos contenidos. Tenemos que ver a los periodistas como aliados. Ya no tienen el control absoluto del canal entre las empresas y las audiencias, pero su labor sigue siendo fundamental”.
La ética en la comunicación fue otros de los temas comentados tanto en la conferencia como en la entrevista. “En Llorente & Cuenca todos los empleados tenemos que firmar un código de conducta ética cuando empezamos a trabajar en la empresa. Pero es que además, las empresas, las marcas,… están cada vez más sometidas a las lupas de los gobiernos, empleados, clientes, etc. Así que se ven continuamente auditadas, de modo que no queda más remedio que hacerlo bien. Se trata de hacerlo bien y después mirar la manera de contarlo”.