El alto nivel de los ponentes ha permitido obtener un excelente nivel en el contenido de los debates programados con motivo de las Jornadas de la Educación que se han celebrado en el campus bajo la organización de Colegio Oficial de Psicólogos de Cantabria y la Universidad Europea del Atlántico.
El rector, Rubén Calderón fue el anfitrión encargado de abrir este evento, destacando “el carácter transversal de un tema que alcanza una gran importancia”. Por su parte, la alcaldesa de Santander, Gema Igual señaló que “la educación debe ocupar a todas las instituciones, incluso a las municipales, aunque apenas tengamos competencias en esta área. Cuando se obtiene educación, se obtiene el criterio y el conocimiento y, lo cierto es que vivimos en una sociedad sometida a continuas amenazas, que necesita sanar”.
Ya en la primera mesa del día se sentó el filósofo Fernando Savater quien dividió la educación en dos aspectos: “la instrucción y la educación propiamente dicha. La primera está orientada a enseñar conocimientos, técnicas y destrezas; mientras que la segunda se ocupa de inculcar valores, modales e ideales”. Savater explicó que el objetivo de la educación “no es crear empleados, sino crear ciudadanos responsables y activos. En el fondo, a través de la educación pretendemos transmitir humanidad”. El filósofo elogió el valor de la memoria como herramienta de educación “aunque ahora esté denostada” y subrayó que el niño nace dos veces, “una en el útero materno y la otra en el útero social y este segundo nacimiento tiene lugar a través de la educación”.
El jurista y catedrático de Derecho Constitucional, Francesc de Carreras realizó un repaso educativo en las líneas de su propia formación -en los años cincuenta- y explicó “la enorme importancia que tuvo el curso Preuniversitario, el Preu, que nos permitió aprender a argumentar, estudiar asignaturas monográficas y adaptarnos después a la universidad”. De Carreras opina que “el modelo pedagógico actual está profundamente equivocado y proporciona escasos conocimientos y poco espíritu de trabajo. Hoy se pretende que los niños socialicen y pasen la infancia como una época feliz, pero todo en la vida cuesta un esfuerzo”.
El sesgo en la enseñanza de Historia
Por su parte, el historiador Ricardo García Cárcel se enfrentó al dilema de evitar una enseñanza sesgada de su propia disciplina e indicó que “lo primero es identificar qué partes de la historia están particularmente sometidas a sesgo”. Para ello hizo también un recorrido vital e incluyó tres etapas. “La primera sería mi infancia, bajo la influencia de la posguerra y un primer franquismo hasta los años sesenta. Aquí el concepto principal era el de Imperio en un sentido épico y sobre todo de resistencia, de una España sitiada”. Para ilustrar la segunda etapa García Cárcel se refirió a su etapa en la universidad, “donde me cambiaron los valores. La cultura era ideología y nos fascinaba la idea de un marxismo no directamente estudiado de Marx, sino procedente del análisis de terceros. El concepto principal era el de fracaso; fracaso de la revolución burguesa, fracaso de la revolución industria, en definitiva, fracaso de España”. La tercera etapa quedó situada en la Transición “en la que los valores fueron la superación de esos fracasos y el consenso de las dos Españas”.
El resto de las Jornadas transcurrieron en parecidos parámetros, siempre bajo el prisma de ponentes con un alto nivel e ideas muy interesantes. Entre ellos cabe citar al doctor Sergio Castaño, docente del grado en Psicología en la Universidad Europea del Atlántico.