El doctor Javier González Gallego, catedrático de Fisiología y Director del Instituto de Biomedicina (IBIOMED) de la Universidad de León ofrecerá el próximo lunes día 27 de marzo una conferencia en la Universidad Europea del Atlántico titulada “Manipulación de genes en el deporte: el dopaje genético”.
Este acto, que comenzará a las 14:15 en la Sala de Exposiciones, está especialmente dirigido a los alumnos de la asignatura de Ayudas Ergogénicas, que cursan tanto los estudiantes del grado en Nutrición Humana y Dietética, como los de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, pero estará abierta a todos los que deseen asistir.
González Gallego abordará el hecho de que en las últimas décadas se ha producido una auténtica eclosión de la genética como disciplina científica, comenzando a desarrollarse la terapia génica, es decir, el tratamiento y la prevención de las enfermedades mediante manipulación de los genes. El problema es que cuando una técnica nueva se aplica en medicina siempre existe quien intenta extrapolarlo indebidamente al deporte de alto rendimiento.
Los primeros antecedentes de la relación entre genes y rendimiento datan de hace medio siglo. En los Juegos Olímpicos de Invierno del año 1964, el finlandés Eero Mäntyranta ganó dos medallas de oro en esquí de fondo. Posteriormente se demostró que tenía una mutación genética, por la que le faltaba el gen responsable de la producción del receptor los glóbulos rojos superior a la normal. Desde entonces, grupos de investigadores de todo el mundo están intentando identificar en qué medida una determinada combinación de genes con unos niveles de expresión concretos resultaría ideal para un deporte en particular.
En el transcurso de su ponencia, el doctor Javier González Gallego comentará la probabilidad de que si desarrolla un nuevo fármaco o un método que pueda traducirse en un aumento de masa muscular o de las adaptaciones cardiovasculares necesarias para un aumento del rendimiento, seguramente existirán atletas y personas de su entorno que van a abusar de su utilización. La terapia génica tiene un enorme potencial para revolucionar la medicina, curar enfermedades y mejorar la calidad de vida. Desafortunadamente esta tecnología puede utilizarse en el ámbito del deporte con fines poco éticos. La mejor forma de prevenir el dopaje genético es una combinación de regulación, educación e investigación.