El alumno Bruno Comín, se proclama décimo en el Campeonato Europeo Sub 23 y bate récord de Cantabria absoluto de decatlón

16 Jul 2021
El alumno Bruno Comín, se proclama décimo en el Campeonato Europeo Sub 23 y bate récord de Cantabria absoluto de decatlón
Bruno Comín, estudiante del doble grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Nutrición Humana y Dietética.

Hablamos con Bruno Comín, estudiante del doble grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Europea del Atlántico tras proclamarse décimo en el Campeonato Europeo Sub 23 y batir el récord de Cantabria absoluto de decatlón.

En primer lugar, ¿Cómo ha sido la experiencia de participar en el Campeonato de Europa sub 23?

La experiencia ha sido increíble en todos los sentidos. El equipo nacional estaba más unido que nunca y eso se notaba en el apoyo que te daban desde la grada durante toda la competición. 

También ha sido muy emocionante el hecho de volver a competir enfrente de una grada con miles de personas después de un año y medio haciéndolo sólo. Estoy seguro de que no sólo en mi caso, sino que, a la mayoría de atletas competidores, eso les ha empujado para llegar más lejos que nunca. Y me alegra haber respondido ante esa fuerza transmitida desde las gradas. 

Parte de la experiencia fue ver a mis padres y hermanos entre ese público, habiendo viajado hasta Estonia para verme competir lo cual me mantuvo motivado durante toda la competición.

Como digo la experiencia ha sido inmejorable dentro y fuera de la pista con innumerables recuerdos con compañeros e incluso con mis «rivales» de prueba. La mejor y más gratificante experiencia deportiva de mi vida sin duda.

¿Qué supone para ti haber logrado esta posición?

Pues este puesto supone para mí quitarme un peso de encima, supone un gran alivio. Al contrario de lo que pueda parecer al haber conseguido mi mejor marca personal y el décimo puesto en el Campeonato de Europa, ha sido una temporada más dura de mi vida, sobre todo emocionalmente. Eso es lo que la gente no sabe y me gustaría contar ya que no todo es un camino de rosas como puede parecer, sino que la mayoría de las veces tienes que tienes que pasar por momentos muy muy bajos para conseguir llegar más alto que nunca. Y es una lección los que practicamos deporte a cierto nivel sabemos de primera mano. 

Este año junto al mejor entrenador, Ramón Torralbo, aumentamos los entrenamientos para conseguir un objetivo ambicioso en el que los dos creíamos. Pero la suerte no estuvo de nuestro lado y me acabe lesionando después de largos meses de entrenamiento muy duro. Estaba en un estado de forma espectacular, seguramente el mejor hasta la fecha, incluso mejor que en el que estoy ahora. Pero no fuimos capaces de demostrarlo, no pudimos siquiera acudir a los campeonatos nacionales tanto el Sub 23 como el nacional absoluto. 

Durante meses, no veía el final del túnel y sufrí una recaída tras otra. Me vi en momentos que me pusieron realmente contra las cuerdas, tanto es así que una semana y media antes del europeo los médicos de la Federación Española debatían sobre si iba a ser capaz de competir o por el contrario, si no viajaría con la selección. 

Había sido un año en blanco, no había competido y no había podido demostrar a nadie el porqué de tanto trabajo y tanto tiempo… Esos pensamientos de impotencia me comían por dentro y es lo que usamos como combustible para no perder la visión, pero conseguimos mantener los objetivos muy claros.

Costó mucho sacrificio, disciplina y lágrimas, pero estoy orgulloso de haber conseguido mantener el rumbo y la cabeza alta durante todo el camino pese a la adversidad.  Tengo que dar las gracias por esto a mi físio, Irene Gallego, porque además de recuperarme la lesión me ayudó a seguir creyendo en mí mismo aun cuando ya lo creía todo perdido. 

Y al final ahí estaba, en el Campeonato de Europa alineado junto a los mejores decathletas del continente para medirnos en una batalla de 10 pruebas, sabiendo que después de todo, yo iba a estar listo para poner mi alma sobre la pista y morir por cada punto posible de ganar. 

Y así fue, las pruebas iban pasando y yo lo daba todo en cada momento de cada prueba para conseguir ese resultado final. 

Fue muy emocionante conseguir ese resultado después de todo lo que había pasado. Supuso para mí arrancarme esa marca del alma durante una lucha de tantísimo nivel. Significa haberme quitado un peso de encima, un alivio y reconocer esa marca con orgullo como parte de mi. Porque para mí esa marca y ese puesto me representan, es por lo que he estado entrenando, es mi sacrificio mi disciplina y mi orgullo puestos para conseguir ese resultado. 7688… No suena mal, de momento… 

 

En este sentido, desde la Universidad Europea del Atlántico, queremos felicitar a nuestro alumno. Para UNEATLANTICO, es un verdadero orgullo contar con alumnos tan comprometidos con el deporte.