El salón de actos de la Universidad Europea del Atlántico albergó en la jornada del lunes la quinta gala de entrega de premios de la Academia Cántabra de Gastronomía, en la que se reconoció el trabajo de Café Dromedario, Rafael Prieto del Restaurante El Serbal, Samuel Fernández del Restaurante el Remedio de Ruiloba, el Restaurante Los Machucos y Antonio Pérez, de Ultramarinos Antonio.
UNEATLANTICO, que tiene representación en la Academia Cántabra de Gastronomía, fue el escenario de un acto en el que la Academia Cántabra de Gastronomía hizo entrega de sus galardones anuales. El primero en ser adjudicado fue el recién instaurado Premio al Mejor Restaurante de Cocina Tradicional, un reconocimiento que fue a parar al restaurante Los Machucos, de Bustablado. Otro de los premios, que fue entregado por Sandra Sumalla, directora académica del grado en Gastronomía de UNEATLANTICO, fue al mejor Jefe Sala o Sumiller, otorgado a Rafael Prieto, del Restaurante El Serbal.
Asimismo, la Academia quiso valorar la labor de los camareros, profesionales de sala y barra fundamentales para disfrutar de la gastronomía. El premio al Mejor Camarero fue otorgado a Antonio Pérez Oreña, de los restaurantes Ultramarinos Don Antonio. Hizo entrega del premio el rector de la Universidad Europea del Atlántico, Rubén Calderón.
La gala siguió avanzando escuchando las palabras del premiado, como preludio de la entrega del Premio al mejor jefe de cocina, que recibió Samuel Fernández, del Restaurante el Remedio de Ruiloba, de manos del académico de Honor, Javier López Marcano.
El quinto y último reconocimiento fue el Premio Especial de la Academia de Gastronomía de Cantabria, que recayó en El Dromedario. Hizo entrega del premio el director general de Turismo del Gobierno de Cantabria, Gustavo Cubero, que entregó el premio a la consejera delegada de El Dromedario, Charo Baqué.
Balance anual
En paralelo a la entrega de premios, el presidente de la Academia, Javier Hérnandez de Sande, destacó que «este año ha sido, en algunos aspectos, positivo para el sector hostelero y mucho mejor que los anteriores». «Esta comunidad ha conseguido llenos absolutos en muchos restaurantes durante el verano, puentes y jornadas festivas, ha vivido una edición del Año Santo Lebaniego muy fructífera para la gastronomía, y ha sido capaz de mantener el buen nivel gastronómico que tanto valoran los que nos visitan», señaló.
Por el contrario, el presidente de la Academia lamentó la pérdida de la estrella Michelín del Restaurante El Molino de Puente, a quienes quiso enviar su apoyo, así como al restaurante La Bicicleta, que en su caso perdió la estrella verde, unida a objetivos de sostenibilidad y cuidado del Medio Ambiente.