Los doctores Pamela Parada y David Herrero, docentes del grado en Psicología de la Universidad Europea del Atlántico han publicado un artículo científico en la revista Science Direct. El estudio trata sobre el efecto que tienen las emociones -concretamente el miedo y la alegría- sobre la percepción del riesgo por los peatones. En términos generales, los investigadores han encontrado que las personas que se encuentran bajo uno de estos dos estados emocionales perciben menos riesgo que las personas que se encuentran en un estado emocional neutro, lo cual podría llevarse al terreno práctico en términos de prevención de accidentes de tráfico en los peatones.
El artículo de Parada y Herrero lleva por título titulado “The influence of emotional state on risk perception in pedestrians: A psychophysiological approach” (La influencia del estado emocional en la percepción del riesgo: una aproximación psicofisiológica). A lo largo del texto se analiza el efecto de los estados emocionales en la percepción del riesgo por parte de los peatones, exactamente cuando el individuo está sometido o no a sentimientos de miedo o alegría.
Para ello se llevó a cabo una tarea experimental que contemplaba crear tres condiciones prácticas: por un lado, a un grupo se le indujo la emoción “tristeza” por medio de un vídeo. En concreto se les proyectó la parte final de la película “El campeón”, que representa a un boxeador en el lecho de muerte tras una pelea en el ring, despidiéndose de su hijo pequeño. Por otro lado, a un segundo grupo al que se le indujo la emoción “alegría”, por medio de un vídeo que representaba el reencuentro en el aeropuerto de una pareja con sus familiares tras años sin verse. Finalmente, a un tercer grupo no se le indujo ninguna emoción.
Una vez completada esta primera parte, cada participante visionaba ocho videos de unos diez segundos de duración. De estos ocho vídeos, cuatro incluían una situación de riesgo objetivo para el peatón y los otros cuatro incluían situaciones de no-riesgo objetivo. De esta manera, se medía el grado de peligro que los participantes percibían en las situaciones de riesgo y en las situaciones de no-riesgo.
La percepción del riesgo se midió de dos maneras: objetivamente, por medio de parámetros fisiológicos (frecuencia cardíaca y actividad eléctrica de la piel) y subjetivos (cantidad de riesgo que decían percibir, en una escala de 0 a 5). Los resultados mostraron que tanto el grupo al que se le indujo tristeza como el grupo al que se le indujo alegría percibieron menos riesgo ante situaciones objetivamente peligrosas que el grupo control (emoción neutra), según los parámetros fisiológicos evaluados. Además, se concluyó que el grupo de emoción neutra discriminaba mejor en cuanto al grado de peligro de situaciones no peligrosas de situaciones peligrosas que los grupos a los que se había inducido un estado emocional.
El artículo puede leerse íntegramente aquí.