El Balonmano Torrelavega vio como el FC Barcelona B se llevaba un punto del Trueba, en un partido que tuvo prácticamente de todo. Los de Soto fueron capaces de remontarle cinco tantos a uno de los mejores equipos de la competición. Tan solo la mala fortuna y una actuación arbitral realmente cuestionable privó a los naranjas de encadenar su séptima victoria consecutiva.
Con la mejor entrada de la temporada en la grada, el BM Torrelavega comenzó un tanto titubeante. Sobre todo en la faceta defensiva. Esta circunstancia la aprovechó el filial culé para tomar la iniciativa en el marcador. La primera línea visitante hizo cuatro goles en un abrir y cerrar de ojos. Los naranjas no encontraban su ritmo y los visitantes se movían con comodidad sobre la pista del Trueba.
Los de Lorenzo Rueda volaban a la contra y encontraban situaciones de lanzamiento fáciles ante las que nada podía hacer Pablo San Emeterio. Diego Soto pidió el primer tiempo muerto cuando el marcador era de 3 – 7. La interrupción apenas cambió la dinámica del partido. Los blaugranas, especialmente Vaquer, perforaban la portería local con facilidad. El lateral se inventó un rectificado que abría la renta a cinco, 4 – 9.
El BM Torrelavega estaba bloqueado ante un rival que hacía sangre cada vez que pisaba el campo local. Tan solo la brillantez de un Nico Colunga sobrado de clase aportaba algo de luz en la oscuridad naranja. Hacía falta activar algún resorte que cambiará el ritmo del partido y los naranjas apostaron por lo que mejor saben hacer: defender. Marcos Dorado, Maxi Cancio y Pepe Oliver se pusieron el mono de trabajo para acometer el enorme reto de remontarle cinco goles al FC Barcelona B.
Con la zaga mucho más entonada y Luis de Vega tapiando la portería, los locales recuperaron sus opciones de partido. Los goles de José Carlos Hernández y Edu Fernández provocaron el tiempo muerto visitante. El marcador era de 11 – 14. La intensidad de los locales contagió a una grada que se había quedado helada con el arranque del equipo. La comunión equipo – afición, unida a una vaselina espectacular de Ramiro Merino y un gol de casta de Maxi Cancio, dejaba el tanteador en 13 – 15 al descanso.
El choque había cambiado y el BM Torrelavega lo demostró nada más regresar a la cancha. Un parcial de 3 – 0, con tantos de Vicente Benito y José Carlos Hernández, ponían por delante a los de casa. El Trueba era una caldera. Tan solo la incomprensible expulsión de Edu Fernández, por golpear una silla, empañó un arranque arrollador. Aún con todo, José Carlos Hernández se las ingenió para ampliar ventaja local. Cuando Jordi Deumal salió al rescate, los suyos debían hacer frente a un equipo crecido y un pabellón entregado.
Más aún cuando Vicente Benito culminó con una vaselina un fly que dibujó Genio González. Con el ataque carburando a pleno rendimiento y un Luis de Vega en estado de gracia, el BM Torrelavega se había convertido en ciclón. La defensa ahogaba a los jugadores culés y cada recuperación se convertía en un contra golpe eléctrico. En una de esas cabalgadas, la que supuso el 21 – 17, Vicente Benito notó un pinchazo y tuvo que abandonar el partido.
Tras el tiempo muerto de rigor, el BM Torrelavega se dispuso a rubricar su gran reacción. En una segunda parte un tanto accidentada, los naranjas tuvieron que sobreponerse a una exclusión irrisoria de Marcos Dorado. Cuando se recuperó la igualdad numérica sobre la cancha, Genio González se echó el equipo a la espalda.
Primero fue capaz de hacerse con un rechace y mandarlo a la malla. Luego diseñó una jugada que Mojo culminó con un lanzamiento librado. La veteranía del central naranja fue la que forzó una exclusión en el Barça cuando los suyos estaban con uno menos y también la que sujetó la euforia cuando el BM Torrelavega se puso cuatro por delante, 25 – 21.El filial del Barça vivía del talento de Xavi Castro.
Los de Lorenzo Rueda insistían con el empuje de la primera línea y forzaron la expulsión de Marcos Dorado por tres exclusiones. Justo en ese momento, con los naranjas en inferioridad, Castro encontró un pasillo hasta seis metros pero se topó con la pierna salvadora de Luis de Vega. Fue la parada del partido. Sin embargo, todavía había mucha tela por cortar.
Los visitantes lograron un parcial de 0 – 3 que comprimía al máximo el marcador, 27 – 26. Los nervios se apoderaron de la grada del Trueba cuando Castro igualaba el tanteador. Restaban menos de dos minutos y la pelota estaba en posesión de los locales. El ataque no fue fluido pero un leve despiste del FC Barcelona B lo aprovechó un descaradísimo Antón Setién para marcar a falta de un minuto. Había que defender con uñas y dientes. Y el equipo lo hizo. Al menos lo suficiente para que, en otra intervención milagrosa, Luis de Vega se hiciera con la pelota.
El tiempo muerto de Soto fue inminente. Quedaban 40 segundos y los naranjas perdieron la pelota. Para más inri, los colegiados, que fueron muy cuestionados durante todo el encuentro, expulsaron a Sergio Crespo. En teoría por retener el balón. La realidad fue que se enganchó con un jugador rival en el suelo. Faltaban 13 segundos para el final y el FC Barcelona B tenía la opción de empatar merced a un penalti.
Vaquer marcó pero hubo que repetir. Nadie sabe por qué. A la segunda, Luis de Vega le adivinó las intenciones pero tuvo tan mala suerte le cayó al propio lanzador que fusiló al cancerbero local. De este modo, al BM Torrelavega se le quedó la sensación de haber perdido un punto tras una reacción impresionante.