La doctora Carla Álvarez, docente del grado en Psicología de la Universidad Europea del Atlántico, nos habla sobre esta nueva etapa como docente de la asignatura “Fundamentos de la Psicobiología”.
La profesora Álvarez cuenta con una larga trayectoria profesional y académica. Es licenciada en Biología y doctora en Neurociencia y ha trabajado como investigadora en el área de la Neurofisiología, estudiando el papel de los neuromoduladores en el desarrollo de diversas enfermedades neuropsiquiátricas y en la epilepsia.
En primer lugar, ¿cómo estás viviendo la incorporación al claustro docente de UNEATLANTICO?
La verdad que muy bien porque estoy muy cómoda. Sí que es cierto que como estoy dando clases en la Residencia he tenido pocas ocasiones de conocer a otros profesores pero todo el mundo es muy amable. En cuanto a las instalaciones las clases están muy bien y son muy amplias y la Universidad está muy bien organizada. Cuando llegué aquí tenía un poco de miedo al cambio porque siempre he trabajado en Chile en universidades como en la Universidad de Valparaíso, Viña del Mar o Andrés Bello, pero todo es bastante parecido.
Por otro lado, háblenos un poco más sobre la asignatura que imparte, ¿qué es la psicobiología? y ¿qué conocimientos van a adquirir los alumnos?
Esta asignatura es súper interesante porque ayudamos a entender las bases biológicas de la conducta, es decir, qué es lo que ocurre en nuestro organismo para generar las distintas conductas. El principal sistema encargado en la ejecución y desarrollo de conductas es el sistema nervioso. La psicobiología básicamente es una rama de la neurociencia que ha sido en lo que yo me he desarrollado.
Con mis clases estoy ayudando a comprender a los estudiantes cuáles son los procesos cerebrales que explican los pensamientos, las acciones o los comportamientos y sobre todo estudiaremos el funcionamiento y anatomía del sistema nervioso.
En las clases hemos empezado a hablar de aspectos como el papel de los genes en la conducta, si las conductas son heredadas, si el ambiente las modifica y después profundizaremos en el sistema nervioso y en cómo está organizado, cómo funcionan las neuronas y los circuitos para explicar cada una de las conductas.
En este sentido, ¿cómo está siendo la dinámica de sus clases?
En mis clases siempre hay teoría porque es necesaria para darles la información, pero, siempre busco aplicarla después. Es decir, la mitad de la clase hacemos ejercicios como, por ejemplo, de genética mendeliana, o se les envía diferentes lecturas para que contesten a unas preguntas que sean de tipo integrativas, visualizamos vídeos de reconstrucciones biológicas y documentales para entender la biología. También conversamos mucho y hacemos debates sobre diferentes temas.
Como hemos comentado al principio, ha estudiado el papel de los neuromoduladores en el desarrollo de diversas enfermedades neuropsiquiátricas y en la epilepsia, ¿Qué resultados obtuvo en este estudio?
El estudio de la fisiopatología de la epilepsia fue mi tesis de doctorado, centrada en el estudio del papel de los astrocitos, que son unas células no neuronales que están en el cerebro y que hace tiempo se pensaban que eran un apoyo metabólico a las neuronas, pero ahora sabemos que tienen un papel mucho más relevante. De hecho, modifican la transmisión neuronal y participan en la epilepsia. Sobre todo, porque hay muchas epilepsias que son refractarias y no responden a tratamiento entonces con esta investigación se buscaba entender cuál es mecanismo que se ha alterado para buscarle en el futuro nuevas estrategias de tratamiento. Y, finalmente, observamos que los astrocitos del cerebro epiléptico están sobreexcitados y tiene un estado de hiperactividad que hace que se comuniquen demasiado con las neuronas y mantengan al alza la comunicación neuronal. Por eso, esos cerebros están más predispuestos a que surjan las crisis epilépticas. Entonces, los astrocitos sí que están alterados funcionalmente y, por tanto podríamos sugerirlo como una nueva estrategia de tratamiento, para lo que hay que seguir investigando.