El periodista Chemi Pelayo explicó una serie de claves sobre la profesión y describió algunos casos famosos a los estudiantes de cuarto curso

23 Nov 2022
El periodista Chemi Pelayo explicó una serie de claves sobre la profesión y describió algunos casos famosos a los estudiantes de cuarto curso
El profesor Aser Falagán y José Emilio «Chemi» Pelayo

El grupo de alumnos de último año del grado en Periodismo de la Universidad Europea del Atlántico, disfrutó de una jornada en profundidad sobre periodismo de investigación con José Emilio Pelayo, quien desempeñó una brillante trayectoria profesional como subdirector y después director-adjunto de El Diario Montañés.

José Emilio, más conocido como Chemi fuera y dentro del mundo periodístico, es la prueba de que la vocación es mucho más fuerte que los impedimentos. Su padre, periodista en tiempos de dictadura y por ello testigo del lado más negativo de la profesión, quería evitar que su hijo se convirtiera en un comunicador también. Sin embargo, Chemi supo siempre a lo que quería dedicarse y decidió abandonar la carrera de Medicina cuando solo le quedaba un año, para perseguir así su sueño de ser periodista. Y ahí, donde muchos ven un error, él está convencido de que fue una de las mejores decisiones que ha tomado en su vida.

A pesar de no tener un título universitario que le identifique como tal, siempre se le ha respetado y se le ha considerado un profesional más de este ámbito. Y él se ha sentido siempre un periodista de pleno derecho también, pues no solo es el ambiente en el que se ha criado, sino que además se ha labrado su propia reputación en él con tres herramientas: constancia, esfuerzo y trabajo. Recuerda con orgullo, nostalgia y cierta tristeza, las largas jornadas de trabajo en las que entraba en la redacción a las ocho de la mañana y salía, con suerte, a las cuatro de la madrugada, lo que le hizo perderse gran parte de la vida en familia, aunque tiene claro que dicho sacrificio fue fruto de su amor por el periodismo y motivado por su fuerte vocación.

 

 

Pelayo ha desarrollado una trayectoria profesional amplísima, iniciada con tan solo quince años, en la que ha pasado por todas las secciones de un periódico, y por distintos medios de comunicación de renombre. Compatibilizó su trabajo en El Diario Montañés con la corresponsalía del periódico madrileño Diario 16 y de la revista Tiempo y colaboró con El Mundo, entre otros. Además, posee el Premio Estrañi de periodismo que le concedió la Asociación de la Prensa de Cantabria en 2004.

En la sesión, Chemi se dirigió a los estudiantes como iguales, aclarando que para él, todos ellos ya merecían el trato de periodista. Por ello, les brindó una serie de consejos que él mismo aprendió tras varios episodios de su andadura en la profesión.

Por un lado, relató el famoso caso del “Mataviejas” de 1988, el asesino en serie de ancianas de Santander, para llegar a la conclusión de que “el periodismo empieza en la calle”, ya que la información que comenzó a aparecer en los medios y que abrió nuevas vías de investigación policiales se inició en el boca a boca del vecindario de una de las víctimas. Chemi hizo hincapié, por tanto, en el hecho de que “hay que escuchar lo que dice la gente”, porque muchas veces es el primer paso a dar en este tipo de sucesos que afectan a los ciudadanos.

Además, recordó el Caso Almería en el que tres santanderinos perdieron la vida por un fatal error de la Guardia Civil, tras confundirlos con miembros de la banda terrorista ETA. En este caso, él mismo tuvo que ir a hablar con los allegados de las víctimas a sus hogares, para lo que necesitó poner la empatía y la sensibilidad por delante de cualquier interés profesional o periodístico.

Asimismo, destacó la idea de que, además de necesitar valentía para indagar y escribir sobre este tipo de cuestiones, en donde no sólo contaba con la posible amenaza de la ETA sino además de las autoridades, “el periodista también tiene que mostrar su valía en lo que calla”, pues debe escoger no sólo lo que dice, sino también lo que no cuenta. “Suele ocurrir que hay datos que pueden comprometer investigaciones policiales, informaciones que no están lo suficientemente contrastadas y otras que pueden vulnerar la reputación de una persona o incluso destruirla por completo con una sola noticia”.

Finalmente, invitó a los futuros comunicadores a formar parte del grupo de periodistas que llevan a cabo sus labores desde los principios de “veracidad, honestidad con uno mismo e integridad”, y a “no dejarse cegar por los intereses personales o económicos que están presentes en el día a día de esta profesión”.