El inspector Manuel Martín, encargado de la formación policial, y el adiestrador de perros de la Policía Nacional, Raúl Bernardo, han demostrado a los estudiantes de primer curso del grado en Psicología de la Universidad Europea del Atlántico cómo se llevan a cabo los entrenamientos de la Unidad Canina.
Raúl Bernardo iba acompañado por su fiel amiga Wifi, una perra ovejera de cinco años que él ha criado desde que era apenas un cachorro. Durante la exhibición se pudieron apreciar los diferentes trucos que ha aprendido Wifi y el entrenamiento que ha tenido que desarrollar para encontrar explosivos y drogas.
La exhibición había sido organizada por la profesora Susana Isern, con el objetivo de mostrar en vivo y en directo, mediante la conducta de la perra policía, el condicionamiento clásico, que se relaciona con la variación de estímulos, así como el operante, a través de premios o refuerzos. Además, se pretendía mostrar a los estudiantes cómo al instruir a estos perros con dichos estímulos se llegan a encontrar drogas y explosivos en diversos lugares. La profesora Isern destaca que “gracias a los refuerzos negativos o positivos se puede entrenar a los perros y conseguir un objetivo.” Esto se utiliza para percatarse de las similitudes que tienen los humanos y los animales, ya que, de igual manera, el cerebro de los humanos funciona con ciertos incentivos. Un ejemplo muy claro que mencionó Isern fue la educación. A los niños se les acondiciona para que estudien y cuando lo hacen, se les recompensa. Por el contrario, si un niño no se comporta bien, no estudia y suspende, se le castiga para que no vuelva a hacerlo. Las semejanzas entre humanos y, en este caso, perros son muy cercanas.
Raúl Bernardo, que lleva más de diez años trabajando con perros policías describió las técnicas para el entrenamiento de los perros. “Para poder trabajar con estos animales, se deben seleccionar correctamente y para esto nos fijamos en que tenga un buen sentido de la caza y les gustes jugar”. Según el instructor, esta emoción por el juego hace que el perro se sienta más a gusto y disfrute de lo que para él es trabajo.
El adiestramiento comienza desde pequeño. Por ejemplo, Wifi empezó con pequeños trabajos como buscar la comida que se le escondía y aprender a encontrarla guiándose de un estímulo adicional, una luz láser. Normalmente, la instrucción de un perro no varía mucho, pero el tiempo de aprendizaje dependerá de cada animal. Progresivamente, los utensilios que se utilizan van cambiando a juguetes con una pelota o un rodillo. Luego, se van añadiendo olores fuertes como la goma que se utiliza para explosivos, para poco a poco cambiarlos a unos menos fuertes. Después estos olores, se esconden en una camioneta o en lugares cuando van a entrenar a los perros, por ejemplo en la playa, para así enseñarles que estén en constante alerta de los olores que tienen a su alrededor.
Esta actividad estaba enmarcada en la asignatura Psicología del Aprendizaje que imparte la profesora Susana Isern en el primer curso del grado en Psicología de la Universidad Europea del Atlántico.