La Universidad Europea del Atlántico volvió a realizar en el mes de julio del año 2020 una encuesta sobre hábitos alimentarios y estilo de vida en la población de la comunidad universitaria de la institución académica.
En esta ocasión los participantes fueron 73, comparados con los 168 participantes iniciales de la encuesta Fase I. El 65.8% fueron de sexo femenino y el 34.2% de sexo masculino. El 71.2% estudiantes, el 6.8% personal administrativo y el 22% personal docente e investigador.
Después de 4 meses de confinamiento domiciliario el 63.2% había mantenido el peso, el 11.8% lo había aumentado y el 25% había bajado peso. Entre los resultados más importantes, el 50% de los hombres mantuvo el peso, respecto al 32% de las mujeres. Los menores de 20 años, aumentaron 580 grs. y en cambio los mayores de 65 años perdieron 6 kgs., estos datos contrastan con los encontrados durante el confinamiento, en los que los sujetos jóvenes perdieron peso comparado con los sujetos mayores. Durante el confinamiento el 60.6% de los participantes, tuvo problemas para controlar el tamaño de las porciones y un 52.6% ansiedad a la hora de comer. La actividad física ha aumentó un 35% respecto al periodo de confinamiento y el estado de ánimo mejoró en el 36.8% de los participantes.
Además, en la desescalada se redujeron los consumos de embutidos, pan, aperitivos salados, galletas y bollería, chocolate, dulces, licores, bebidas azucaradas, zumos, alimentos precocinados. Y se incrementaron los de frutas, verduras y hortalizas, pescado y carnes blancas. Solamente un 28.9% cocinó menos que durante el confinamiento. Las técnicas culinarias más utilizadas fueron el horno, seguido de la plancha y el salteado.
Durante ese mismo período, las compras por internet aumentaron un 10.5%, respecto al consumo habitual, aunque el 81.6% siguió realizando la compra de forma presencial y el 28.9% sintió estrés a la hora de realizar la compra presencial. Respecto a los hábitos de compra, el 92.1% empezó a comprar productos de Cantabria en su cesta habitual, comparado con el 64.5% que ya lo hacía de forma habitual.
Así que podemos concluir que las alteraciones en la composición corporal y el estilo de vida que se produjeron a lo largo del confinamiento, se han corregido en la desescalada, mejorando la adherencia a una dieta más saludable junto con el inicio de la actividad física.
A la vez que se están publicando los resultados de las fase I y II del estudio COVID19-UNEAT se ha puesto en marcha la fase III del estudio donde además de analizar los cambios de alimentos alimentarios en el período posterior al confinamiento se quiere analizar si la dieta mediterránea influye en la prevención de la Covid-19 así como en la gravedad de su sintomatología cuando se ha contagiado. Por ello se anima a toda la comunidad universitaria a participar en el siguiente enlace:
https://forms.gle/K2Vf9iM2KLLm9th69
El cuestionario es totalmente anónimo y se puede rellenar desde cualquier plataforma en menos de 15 minutos.