Notable. Esta es la nota que le ha dado hoy el equipo de la sociedad de prevención Prevemont a toda la comunidad de la Universidad Europea del Atlántico. Una buena calificación en el ámbito académico, pero todavía mejorable tratándose de un simulacro de emergencia. El edificio se ha desalojado completamente, pero algunos rezagados no lo hicieron a la velocidad esperada. Fueron los menos, pero en palabras de la responsable de la gestión de riesgos laborales de la Universidad “tenemos que conseguir desalojar el edificio en tiempo record”.
Además, por primera vez este año, los alumnos de tercero de Administración y Dirección de Empresas (ADE), en el marco de su asignatura Gestión de riesgos laborales, han sido los encargados de supervisar y registrar todo el simulacro. Cada uno ha ocupado un rol determinado como observadores y, a partir de ahora, durante sus clases analizarán todas las acciones llevadas a cabo para valorar cuáles se han desarrollado correctamente y en cuáles hay que mejorar.
Según destaca la responsable del servicio de Laboral de la Universidad Europea del Atlántico, Rocío Pérez, el edificio se ha desalojado completamente en 5 minutos, lo que en su opinión «está bastante bien, si entendemos que en el momento del simulacro había en el edificio unas 900 personas”.
El objetivo de este simulacro es formar a toda la comunidad universitaria frente a situaciones de riesgo para que, llegado el momento, todo el mundo sepa exactamente lo que tiene que hacer. Desde el instante en el que se activan las alarmas, los jefes de emergencia asignados en cada planta del edificio se ponen manos a la obra para asegurar la buena ejecución del plan de acción.
Recomendaciones generales
En palabras de Rocío Pérez, la mejor recomendación que se le puede hacer, tanto a un jefe de servicio como al resto de la comunidad universitaria, es mantener la calma. “Sabemos que una emergencia real es siempre una situación desagradable para todos, pero es importante mantener los nervios a raya para evitar que se generen daños derivados de la vorágine del momento, como avalanchas o ataques de pánico y ansiedad”.
Además, “en estas situaciones es imprescindible seguir al pie de la letra las indicaciones de los responsables designados, dejando todas las tareas y pertenencias para acelerar el proceso de evacuación. Es crucial realizar la salida ordenadamente, sin apelotonarse, ni correr, para evitar con ello nuevos incidentes”.