El padre de la piloto María de Villota, fallecida en 2013 como consecuencia de las lesiones neurológicas que sufrió un año antes en un accidente durante unos entrenamientos con su equipo de Fórmula 1, ha recordado esta mañana en la Universidad Europea del Atlántico “la solidaridad y resiliencia” de su hija, valores que le hicieron trascender a la sociedad, por encima de sus logros deportivos.
Así lo explicó Emilio de Villota durante una entrevista concedida al departamento de Comunicación de UNEATLANTICO minutos antes de impartir la conferencia que ha ofrecido a los alumnos del grado en Educación Primaria Bilingüe.
El objetivo de esta charla era acercar a los jóvenes el Legado de María de Villota, una iniciativa sin ánimo de lucro que nació en 2014, fruto de la unión de la familia de Villota y la Fundación Deporte Joven del Consejo Superior de Deportes, con el objetivo de mantener vivos los valores de perseverancia, esfuerzo, sacrificio o tenacidad que representaba la piloto madrileña.
El también expiloto de automóviles comentó que «María rompió barreras», se hizo un hueco en un mundo de hombres al que no había llegado ninguna mujer en tres décadas y, desde luego, dijo, “este es uno de los grandes motivos por los que fue conocida socialmente”. Sin embargo, su padre subrayó que la gran herencia de María, al margen de los logros deportivos, «fue su optimismo y su capacidad para sobreponerse a la adversidad».
En este sentido recordó que María llevaba 16 años de su vida persiguiendo el sueño de la Fórmula 1, y el día de su estreno sufrió el fatal accidente que le obligó a abandonar todo por lo que había luchado en la vida, “vio cómo se desvanecía su castillo de naipes”.
Y de esta situación tan dura, comentó su padre esta mañana, “María salió fortalecida y mostró una extraordinaria capacidad para reinventarse”. A partir de ese momento la solidaridad se convirtió en su razón para vivir, y los niños de la Fundación Ana Carolina Díez Mahou pasaron a ser su prioridad.
Hoy su padre, parafraseando a María, ha invitado a los alumnos de la Universidad Europea del Atlántico a buscar la mejor versión de sí mismos. “Tratar de hacer las cosas de la mejor manera posible, cada uno desde el puesto que ocupa, y hacerlo con una sonrisa es el auténtico Legado de María de Villlota”.