La nueva Comisión de Igualdad de UNEATLANTICO quedó constituida después de la renovación de algunos de sus miembros

18 Dic 2020
La nueva Comisión de Igualdad de UNEATLANTICO quedó constituida después de la renovación de algunos de sus miembros
La Comisión de Igualdad de UNEATLANTICO ha quedado constituida tras renovar alguno de sus miembros

La Comisión de Igualdad de la Universidad Europea del Atlántico ha quedado constituida después de la renovación de una parte de sus componentes, tanto por haberse producido alguna baja como, sobre todo, por la incorporación de cuatro nuevos miembros.

Este fue el punto principal de su última Reunión Ordinaria -previa convocatoria del presidente de la Comisión, con la asistencia de todos quienes la forman y con la adopción por unanimidad de la renovación propuesta. De este modo, se constituyen en nuevos miembros de la Comisión de Igualdad de la Universidad Europea del Atlántico, Helena Garay Tejería, Elena Palacio Ortega, Alejandro Sanz Láriz y Rebeca Raba Salmón, aceptando todos ellos su nombramiento como vocales.

Los cuatro vocales se unen a quienes ya ejercían ese cargo, es decir Sandra Sumalla Cano y Mariacarla Martí González; además de Vanesa Santamaría Lavín (Secretaria) y Rubén Calderón Iglesias (Presidente).

La Comisión de Igualdad fue creada por acuerdo del Consejo Rector de la Universidad Europea del Atlántico en virtud de las competencias descritas en el artículo 22 de la Normas de Organización y Funcionamiento (Decreto 41/2016, de 21 de julio, del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de Cantabria).

Su misión es establecer y desarrollar políticas que integren la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres, sin discriminar directa o indirectamente por razones de sexo, así como promover el impulso y fomento de medidas para conseguir la igualdad real en el seno de la comunidad universitaria.

Entre sus compromisos, la Comisión de Igualdad vela porque la institución cumpla con un sistema de categorías profesionales que no generen discriminación, porque los procesos de selección de personal se realicen bajo criterios de igualdad de trato y oportunidades, así como por el acceso de mujeres a puestos de responsabilidad. Igualmente se persigue una igualdad retributiva en las áreas que se oferten, una conciliación de la vida familiar y laboral, la prevención del acoso sexual o la evaluación de riesgos laborales con perspectiva de género.