Kimberley Harris-Mier, alumna del grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Europea del Atlántico, comenta su experiencia durante la realización de prácticas externas en el Hospital MD Anderson Cancer Center Madrid.
Un centro de referencia y de excelencia para el tratamiento del cáncer en España y en Europa, siendo el único centro hospitalario de la Comunidad de Madrid con una actividad completamente especializada en el tratamiento del cáncer. De este modo, hemos tenido la oportunidad de hablar con la alumna para que nos cuente su experiencia.
En primer lugar, ¿Qué funciones has realizado durante las prácticas?
Por ejemplo, a los pacientes que están en planta se les hace una valoración nutricional, calculando los requerimientos nutricionales y estudiando el riesgo de desnutrición. También se valora el tipo de nutrición que se les administra, ya sea dieta terapéutica, personalizada, enteral o parenteral y la necesidad de suplementos. Se les proporciona educación nutricional según el caso. También, preparo guías y pautas nutricionales para diferentes patologías o cirugías.
Además, veo a pacientes en régimen ambulatorio con intolerancias alimentarias, bajopeso o sobrepeso, dislipemia, obesidad, revisión de pacientes oncológicos no ingresados, o cualquier otra alteración gastrointestinal.
¿Qué es lo que más te ha gustado de la realización de prácticas en MD Anderson Cancer Center?
Lo que me ha gustado de poder realizar las prácticas en un hospital es la posibilidad de ver a muchos tipos de pacientes diferentes. Cada paciente tiene su patología, su tratamiento, y no todos reaccionan de la misma manera, por eso es tan importante la labor del nutricionista hospitalario.
Además, poder trabajar junto a médicos, enfermeras y auxiliares te permite ver cómo se necesita de todo el personal para poder tratar a cada paciente de la mejor manera posible. Mi tutor, Pedro Robledo, me ha ayudado y enseñado cómo gestionar tanta variedad de patologías y a dónde recurrir en caso de duda, ya que es imposible conocer todo. La formación continua es primordial.
¿Qué te ha aportado esta experiencia a nivel personal, académico y profesional?
Esta experiencia te ayuda a ser objetivo, a saber tratar con los pacientes de manera amable pero con convicción, ya que muchos de ellos son pacientes complicados y delicados que necesitan ayuda. También te enseña a empatizar, ya que son los pacientes los que nos cuentan qué les pasa, qué sienten, cómo se encuentran, y te ayudan a ver la dureza de su realidad diaria. A veces, resulta duro cuando después de ver a un paciente, por desgracia no puedes volver a verle, pero al menos sabes que le ayudaste en todo lo posible.
¿De qué manera has podido poner en práctica los conocimientos teóricos adquiridos durante el curso?
Aquí quiero agradecer a mi profesora María Dolores Andreu, que con sus asignaturas de Fisiopatología y Nutrición Artificial consiguió llamar mi atención y crear esa ansia por trabajar en un hospital. Estas asignaturas han sido fundamentales para poder desarrollar la práctica profesional en este hospital.
Por último, cabe recordar que todos los alumnos de los diferentes grados de la Universidad realizan prácticas gracias a la labor del Centro Empresa Universidad (CEMU). Poniendo a disposición de los estudiantes diferentes ofertas para poder realizar el prácticum y estableciendo nuevos convenios colaborativos.