Los alumnos y el equipo de la Universidad Europea del Atlántico han realizado un simulacro de emergencia, con el objetivo de prevenir y formar a todos los asistentes frente a situaciones de riesgo. El ejercicio se ha desarrollado con éxito y sin grandes incidencias, logrando la evacuación del personal que se encontraba en el interior del campus en un tiempo récord.
Para ello, en todo el centro han sonado al unísono las alarmas instaladas en las diferentes plantas del edificio, que complementadas con la ayuda del personal encargado de verificar el traslado hacia la zona de emergencia, se ha logrado llevar a cabo la evacuación completa.
En el centro hay designados jefes de emergencia e intervenciones para estas eventualidades. Ellos son los encargados de asegurar la buena ejecución del plan de acción en caso de emergencia, otorgando las instrucciones necesarias al resto de personal que actúa en estos casos.
El protocolo general es sencillo. En el momento que se detecta algún suceso que pueda hacer peligrar la seguridad del personal de la universidad, se activan las alarmas en todo el bloque y el protocolo de emergencia. Con el campanazo de aviso, en cada estancia se procede al desalojo por las salidas de emergencia más cercanas, facilitando con ello la movilización hacia el exterior del edificio.
Las recomendaciones generales desde los responsables es mantener la calma. “Sabemos que es una situación desagradable para todos y es importante mantener los nervios a raya para evitar que se generen daños derivados de la vorágine del momento, como avalanchas o ataques de pánico y ansiedad”. En estas situaciones es imprescindible seguir al pie de la letra las indicaciones de los responsables designados, dejando todas las tareas y pertenencias para acelerar el proceso de evacuación. Es crucial realizar la salida ordenadamente, sin apelotonarse, ni correr, para evitar con ello nuevos incidentes.
El objetivo de este ensayo, no es otro que el de comprobar la eficacia y el tiempo de respuesta de los sistemas de protección del edificio tanto a nivel tecnológico como del personal humano. Así como comprobar la coordinación entre los distintos equipos del centro y las ayudas exteriores. Con el fin de medir la capacidad de evacuación del edificio ante una situación de emergencia.