El docente de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO), Vicente Bayarri, participa en el programa de actos del 15º aniversario del reconocimiento del arte rupestre cántabro como Patrimonio Mundial, llevado a cabo por el Museo de prehistoria y arqueología (MUPAC).
El acto ha coincidido con la fecha en la que se conmemora que, el 7 de julio de 2008, el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO admitió la candidatura presentada por España para incorporar a la Lista del Patrimonio Mundial el arte rupestre paleolítico de la Cornisa Cantábrica -9 cuevas cántabras más asturianas y vascas-, como extensión de la Cueva de Altamira, ya incorporada en la lista en 1985.
El título de la ponencia fue RACIM: Digitalización e integración para la elaboración de un Gemelo Digital 10D para la gestión, conservación, difusión e investigación de estaciones con arte rupestre. En este sentido, el profesor Bayarri expone: «La combinación de técnicas geomáticas como la teledetección hiperespectral, la fotogrametría, georradar y los sistemas de información geográfica (SIG) unidos a los resultados de los estudios provenientes de otras ciencias permite no sólo caracterizar el estado actual de las cuevas y comprender relaciones entre parámetros, sino que además permite inferir modelos históricos (y/o prehistóricos) en los que simular situaciones pasadas o futuras y comprender la huellas existentes en las cuevas».
Asimismo, Vicente Bayarri añade: «Rock Art Cave Information Modeling (RACIM) es una herramienta que permite integrar toda la información y de ese modo desarrollar un operativo para medir las actuaciones encaminadas a una gestión sostenible del patrimonio y al mismo tiempo emplear la información para la investigación y difusión de tan valiosos bienes».
Finalmente, cabe destacar que recientemente ha publicado un artículo colectivo en la revista Remote Sensing que versa sobre la aplicación de técnicas de teledetección en yacimientos de patrimonio cultural subterráneo, con el objetivo de mejorar la documentación tradicional y la conservación de las cuevas como la de Altamira.