El profesor Iñaki Elío exploró el futuro de la alimentación y su relación con los negocios en la conferencia que impartió en el Real Club de Regatas bajo la organización del Colegio de Economistas de Cantabria y con el título «Alimentación y desarrollo económico».
Muy interesante; esa era la expresión más escuchada en los salones del Real Club de Regatas tras la amena intervención del director académico del grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Europea del Atlántico. Elío comenzó su presentación admitiendo el buen estado del sector alimenticio en España y en Cantabria. «Es cierto que la crisis dejó en el camino algunos negocios, pero quienes sobrevivieron se hicieron muy fuertes y hacen que la alimentación goce de muy buena salud«.
Sin embargo dos importantes problemas oscurecen el futuro, tal como son la superpoblación del planeta y el cambio climático irreversible. Estos dos hechos indiscutibles -indicó Elío- provocarán importantes cambios en la manera de alimentarnos. «Por un lado habrá que encontrar soluciones imaginativas para que los seres humanos puedan acceder a los nutrientes necesarios. Ya en el pasado se especulaba con productos como el soylent green, de la ciencia ficción, que servirían para sustituir a los alimentos y, de hecho ya se comercializa algún compuesto basado en esa idea«. Pero la incidencia del cambio climático «afectará al entorno, al paisaje, ya que cambiará la tierra de cultivo«.
Entre las alternativas que propone el nutricionista encontramos soluciones como los transgénicos. «Tienen muy mala prensa pero tarde o temprano los contemplaremos como algo habitual. En el fondo los seres humanos somos compuestos químicos, la fruta es química, todo es química«. Otra interesante idea es el consumo de insectos «que tienen un alto valor nutritivo y cuya explotación se llevaría a cabo en áreas mucho más reducidas. En algunos países se consumen desde hace mucho tiempo, es una simple cuestión cultural».
Iñaki Elío terminó su conferencia aludiendo a los problemas de sobrepeso y obesidad, deteniéndose especialmente en la edad infantil, «ya que el problema empieza a tener una magnitud no muy diferente de los Estados Unidos«. Las únicas soluciones vienen de la mano de la información y la práctica del deporte.