Investigadores de la Universidad Europea del Atlántico (UNEATLANTICO) llevan a cabo un estudio que destaca los avances de la ciencia en las antocianinas, enfocándose en los aspectos inesperados, y en sus efectos en la salud.
El cáncer, la obesidad, la diabetes, el deterioro cognitivo, las enfermedades cardiovasculares y las patologías respiratorias son las principales causas de discapacidad y muerte en el mundo. Muchas de estas enfermedades surgen por factores como el envejecimiento, el género y la genética; sin embargo, muchas de ellas están relacionadas con el estilo de vida, y la nutrición es un factor importante.
Una alimentación basada en altos niveles de cereales refinados, grasas saturadas, carnes procesadas, sal y azúcar, pero carente de verduras y frutas, incrementa el riesgo de padecer cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares, aumenta el estrés oxidativo, la inflamación, entre otras.
Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda equilibrar la ingesta energética diaria, disminuir el consumo de grasas trans y saturadas, la sal y el azúcar; incrementar, en cambio, el consumo de verduras y frutas.
Las dietas ricas en alimentos de origen vegetal ayudan a las personas a mantener un estilo de vida saludable, y previenen muchas enfermedades no transmisibles. Los efectos positivos del consumo de frutas y verduras en la salud se deben a la presencia de micronutrientes, vitaminas, minerales y polifenoles, metabolitos secundarios de las plantas.
Uno de los compuestos fenólicos más importantes son las antocianinas, que confieren un color rojo púrpura a diversos alimentos como las bayas, los melocotones, las ciruelas, las cebollas rojas, el maíz morado, las berenjenas, las patatas rojas, las uvas, las ciruelas, los arándanos, las moras, las fresas, entre otros.
Resultados de la investigación
El objetivo de la investigación es enfatizar los avances recientes de la ciencia sobre las antocianinas, enfocándose en algunos aspectos inesperados como su biodisponibilidad, sus efectos sobre la salud y su relación con la microbiota intestinal.
La ciencia sugiere que un consumo alto de antocianinas disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles, menor riesgo de hipertensión y diabetes tipo 2; como también la reducción de ciertos tipos de cánceres. La ciencia también muestra un posible efecto preventivo de los trastornos cognitivos.
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